Un confidente externo es independiente y no tiene intereses ni relaciones con otros empleados. Con un confidente externo, puede estar seguro de que él mismo no forma parte de la denuncia. Un confidente externo es objetivo. Las conversaciones quedan entre el informador y el confidente pertinente, lo que evita el riesgo de "contagio" en el lugar de trabajo. El denunciante siempre puede permanecer en el anonimato si lo desea.